Primero, el nombre. Que suma una unidad más al de León XIII, que gobernó la Iglesia de 1878 a 1903 y fue creador de la Doctrina Social De la Iglesia con su encíclica «Rerum Novarum», «Sobre las cosas nuevas», en la que rechazaba la esclavitud, proponía salarios justos y sindicatos católicos y denostaba el liberalismo, el comunismo y el socialismo al tiempo que defendía la propiedad privada y admitía la existencia de clases o diferencias sociales. Aún con algunas ambigüedades (que deberían resolverse ya a favor de las víctimas y descartados por el progreso técnico y por la codicia económica), sigue siendo el código más completo y razonado y el que cualquier persona pediría para sí mismo, salvo que prefiera que lo devore el código financiero, el liberal, el capitalista o el científico, todos ellos auténticos fundamentalismos.

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