Nada hay más tentador en la empresa moderna que ceder a la perversión del lenguaje para imbuir en sus empleados un sentimiento tribal de pertenencia y, si puede ser, perlado de aspiraciones que rayen en la épica. Así pretende Paunovic sustanciar el trampantojo de la motivación y, sin hacer mucho ruido, ya empieza a regalarnos algunas nueces. Al revés que en «La metamorfosis» de Kafka, aquí un insecto futbolístico se despierta una tarde con maneras de equipo grande sin que nadie acierte a explicar ese prodigio.
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De insecto a equipo
Publicado por
Juan Francisco Saenz