David Uclés (Úbeda, 1990) escribió «La península de las casas vacías» (Siruela, 2024), cuya lectura resumo con palabras del historiador Ian Gibson: «Ninguna novela contemporánea me ha conmovido tanto. Estoy asombrado y agradecido». Un entusiasmo que comparto porque provoca en el lector efectos sanadores respecto a aquella herida de nuestra guerra incivil que, al paso de generaciones, parece no suturar nunca. Debería recomendarse como lectura ineludible en facultades y escuelas universitarias de letras y de ciencias. Entre capítulos, el autor mete morcillas o frases de personajes ilustres, una treta interesante que le ayuda a contrarrestar un relato sembrado de imágenes fantásticas (en todas sus acepciones) con comentarios realistas. Selecciono cuatro de tono conciliador a la vez que contundente y dolorido:
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