Hace ya muchos años que el Martes de Campo no es exclusivo del Paseo del Bombé. Cualquier otra zona verde de la ciudad, el entorno de los monumentos prerrománicos, los merenderos de las afueras y algún que otro espacio improvisado en los barrios también sirven de escenarios para celebrar una de las fiestas más populares del calendario ovetense fuera del Campo San Francisco. Aunque las previsiones meteorológicas no eran para nada halagüeñas –el hombre del tiempo había amenazado con tormentas– el buen tiempo y las altas temperaturas se sumaron a las celebraciones y permitieron que la ciudad se echase a la calle para disfrutar de la jornada junto a familiares y amigos. «Es la fiesta más ovetense de todas y por eso no nos la perdemos. Ser de Oviedo y no celebrar el Martes de Campo es no tener corazón», asegura Mario Secades, que ayer eligió el Parque de Invierno para pasar el día junto a su grupo de amigos.

Publicado enOtros Última Hora