Además de limitar el acceso de los vehículos más contaminantes al centro de la ciudad, la zona de bajas emisiones (ZBE) de Oviedo también pondrá el punto de mira sobre los que no respetan los límites de velocidad. Una cuadrilla de operarios se encuentra estos días instalando los ocho nuevos radares con los que el Ayuntamiento quiere reforzar la seguridad del peatón dentro de los límites dibujados por la nueva regulación del tráfico en el casco urbano que el Ayuntamiento prevé implantar «a lo largo de 2026», con una ayuda europea de 7,3 millones de euros.

Publicado enOtros Última Hora