La UE ha impuesto el uso de nuevas normas más respetuosas con el medio marino como forma de frenar el agotamiento de las poblaciones de peces. Pese a las críticas que ello ha generado, hay casos prácticos que demuestran que el uso de este tipo de artes redunda en beneficio de los pescadores y del medio ambiente. Es lo que sucede en Palamós (Girona), el mayor caladero del Mediterráneo de la preciada gamba roja (Aristeus antennatus), que experimenta una recuperación sin precedentes.

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