«Mucho movimiento». Eso es lo que se ha apreciado los últimos días en el segundo piso del número 22 de la calle Larraskitu en el que este viernes un padre ha matado a su hija y después se ha suicidado.

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«Mucho movimiento». Eso es lo que se ha apreciado los últimos días en el segundo piso del número 22 de la calle Larraskitu en el que este viernes un padre ha matado a su hija y después se ha suicidado.