El Gobierno regional de Adrián Barbón quiere aprovechar la inminente salida de Laureano Lourido, desvelada ayer por LA NUEVA ESPAÑA, para darle un giro a la gestión de El Musel, pieza fundamental de la economía asturiana. Según fuentes consultadas, el corverano, que no está afiliado al partido, tendrá un sucesor con un perfil mucho más político. El propósito es acentuar el peso del Ejecutivo autonómico en la toma de decisiones del puerto gijonés y que su máximo responsable incremente su presencia en las actividades y las decisiones relevantes de la ciudad y de la región. En este contexto, un sector considera que Alejandro Calvo, consejero de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios, es el mejor situado para el cargo. No obstante, la decisión no se tomará hasta dentro de unas semanas.

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