La primera ley de Ciencia del Principado tiene nombre y apellidos: Borja Sánchez García. El consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo no pudo estar ayer en el hemiciclo presenciando cómo salía adelante su apuesta estrella. Ese gran proyecto con el que llegó al Principado hace algo más de cinco años. Un cáncer de colón, del que se recupera arropado por su familia, lo obligó a tener que seguir la sesión desde su casa. Nada le hubiera gustado más que estar delante del parlamento asturiano defendiendo un proyecto en el que ha volcado muchas esperanzas y demasiadas horas de trabajo en el último lustro.

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