España se aproxima cada vez más al inicio de un prolongado proceso para cerrar y desmantelar todas sus centrales nucleares. La cercanía de la primera de las clausuras programadas -la de la central cacereña de Almaraz, en 2027- está desatando en los últimos meses presiones por tierra, mar y aire al Gobierno para aplazar los cierres previstos y prolongar la vida de todos los reactores.

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