Asturias entera resultó batida al mediodía de ayer por una inmensa marea naranja, una oleada de corredores de todas las edades, muchos de ellos menores de edad, que acudieron a la llamada de Galbán para reivindicar, en grito silencioso, más medios en favor de la investigación contra el cáncer infantil, una enfermedad que ataca al pequeño de la casa y corroe a la familia entera.

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