La industria de defensa del País Vasco encara el desafío de la Unión Europea para alcanzar su soberanía militar con un sector fragmentado, pero también reforzado por sus capacidades tecnológicas, lo que la sitúa en una posición privilegiada en campos como el aeronáutico o el espacial. Desde empresas vascas salen motores para tanques, pero también los propulsores del Eurofighter -el caza europeo-, fuselajes de otros aviones y helicópteros de defensa o avanzados satélites para la observación terrestre.

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