Del convento de Nuestra Señora de la Encarnación, de Cangas del Narcea, salen cada jueves unas 80 cajas de cada uno de los dulces que elaboran las once monjas dominicas que lo habitan en la actualidad: rosquillas, alegrías, coronillas, almendrados, galletas de avellana, nevaditos y polvorones. Esta comunidad de religiosas desarrolla una vida contemplativa y de clausura en el monasterio situado en el centro de la villa canguesa, en la calle Uría, que complementan con el trabajo en su obrador para poder hacer frente a los gastos de este gran edificio.

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