José Ramón Tomé, el hombre de 45 años que fue detenido el pasado lunes tras hallarse en su casa de La Corredoria el cadáver momificado de su madre, considera que haber convivido con el cuerpo durante tanto tiempo no tiene nada de reprochable. «No he hecho nada y me ha tocado pagar», explicó ayer tras comparecer ante la magistrada que investiga el caso, que decidió dejarlo en libertad provisional con la obligación de presentarse en los juzgados cada quince días.

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