Los fuegos que azotan Los Ángeles por cuarto día consecutivo envían señales contradictorias. Por un lado, comienzan a controlarse, después de que el viento comenzara a amainar el viernes. Por otro, aumenta el temor a que el número de víctimas mortales sea más de las 11 contadas hasta el momento, una cifra que es probable que aumente cuando los equipos de rescate puedan buscar entre los escombros. Y mientras tanto, no paran de sucederse las críticas a las autoridades por su respuesta ante esta catástrofe.
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