De nuevo, ¿quién miente?

En medio de la penosa situación en que se encuentra muchos coinciden en que a Sánchez le ha venido de perillas que Donald Trump recalcase que España debería contribuir con un 5 % del PIB a la inversión militar como país miembro de la Alianza Atlántica. Cifras, se supone, exageradas. Raudo, el presidente del Gobierno anunció un pacto con la OTAN para elegir su propia vía y hacer frente a todas las capacidades de gasto que se le exigen invirtiendo solo un 2,1% una cifra inferior a la que compromete a sus socios. Pues bien, Mark Rutte, el secretario general de la Alianza, no ha tardado en corregirlo, advirtiéndole de que ese porcentaje será insuficiente y que España deberá llegar, al menos, a un 3,5 % en la inversión militar clásica. No sé si cabe preguntarse de quién desconfiar.