«Es difícil de explicar, sientes alegría, pero también pena». Manel Arias y Ángela Pérez contestan titubeando fuera de la barra, cerca de las ochenta personas que ayer, viernes, despidieron Casa Emburria de El Crucero (Tineo) para siempre. Después de más de cien años (Manel estima 132) dando comidas, la puerta del reconocido restaurante se cierra para no volver a abrirse como se conoció: siendo de la familia Arias.

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