Sentido del Estado, por favor

¿Debe quedar detenida la vida política en España hasta que se dilucide penalmente el gravísimo asunto de las mordidas de Koldo, Cerdán y Ábalos, y sus derivaciones? Es evidente que no, incluso si Pedro Sánchez dimitiera hoy mismo se abriría un dilatado periodo para afrontar sus efectos. Mientras tanto el mundo vive una situación inédita y convulsa, con episodios de enorme calado, que el Estado debe afrontar con un gobierno y una oposición. Un ejemplo es la imposición por Trump del 5% del gasto público en defensa a los países de la OTAN, asunto que afecta a la soberanía nacional, pero también a la financiación del Estado del bienestar. La posición asumida en principio por el Gobierno –cumplir el rearme que se acuerde, pero sin una tasa prefijada– debería dar lugar a un debate en España a la debida altura, en el que la ciudadanía conociera las posiciones de los partidos y sus razones. n