Últimamente siento que hemos perdido el verdadero significado de hacer política. Esta debería ocuparse de gestionar la sociedad, distribuir equitativamente los recursos y representar el interés colectivo de todos los ciudadanos. Hacer política es un ejercicio multidisciplinar que busca soluciones a los problemas sociales, sin importar su procedencia. Si embargo, se ha convertido en un juego de poder, una guerra de egos, una maquinaria de humo que mantiene a unos pocos en su sillón mientras que el país va a la deriva.
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