Parecía que Abegondo iba a ser el lugar en el que muriese la imbatibilidad del Avilés. Primero, por el nivel del rival, que llegaba en un gran estado de forma. Segundo, por los nervios que siempre acarrear un duelo entre el cuarto y el quinto clasificado. Y tercero, porque el Deportivo Fabril fue el gran dominador del encuentro. Pero los blanquiazules saben competir hasta en su día más gris y hoy, en un encuentro en el que estuvieron muy espesos con la pelota en los pies, han conseguido rascar un punto que sabe a gloria y les permite asentarse en el cuarto puesto. Ya van once encuentros en 2025 sin conocer la derrota.

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