Leo un artículo en el que el texto fluye y mientras me deslizo por sus frases se disparan en mi imaginación múltiples ideas y asociaciones. Lo firma John King, al que no conozco. Supe a lo largo del artículo que había sido ministro de educación con Obama. Eso le daba cierta autoridad. Me enganchó su explicación, desde su experiencia, de cómo la educación le había redimido. Comienza diciendo que de las vivencias que más le marcaron, destaca los discursos de graduación en las cárceles. Los presos que optaron por aprovechar el confinamiento para obtener un título universitario, fueron capaces de reflexionar sobre su pasado, desarrollar una visión clara para su futuro y adquirir habilidades para contribuir al bienestar de sus familias y comunidad. Los compara con los que no aprovechan esa oportunidad: 95% regresarán al mismo medio, encadenados en el mismo ciclo, volverán a la cárcel.
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