Él no se acuerda, como es lógico, pero su padre le cuenta que cuando era un bebé y escuchaba las canciones que sonaban en casa meneaba sus caderitas en la cuna y seguía el ritmo con soltura. Gabriel Ordás, el joven compositor ovetense, está convencido de que nació para la música. A sus 25 años ya puede presumir de haber creado más de noventa obras entre piezas audiovisuales –bandas sonoras para documentales o cortometrajes– y partituras para orquestas sinfónicas como la de RTVE, la OFIL, la OSPA o la Oltenia Philarmonic Orchestra (Rumanía). Sin ir más lejos, Oviedo Filarmonía estrenó ayer durante un concierto en El Bombé su último trabajo, «El Espolón», un título que viene de «La Regenta» y que hace mención al actual Paseo de los Curas, el espacio del Campo San Francisco en el que hoy se ubica el skatepark, a tiro de piedra del escenario en el que se interpretará su obra. «No estoy nada nervioso porque estoy jugando en casa. Oviedo Filarmonía en un seguro», decía antes del estreno.

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