Un informe pericial del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil concluye que los niveles elevados de ruido generados durante varios conciertos en la Finca Experimental ‘La Hoya’ de Almería, en verano del año pasado, pudieron provocar un estrés agudo en varias gacelas y un arruí, lo que habría desencadenado su muerte por traumatismos y otras complicaciones relacionadas con episodios de pánico.

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