Ni operación demorada injustificadamente, ni un millón de euros de compensación como pretendía la interesada. El problema de una transexual gijonesa a la que la sanidad pública no acaba de operar para llevar a cabo una reasignación de sexo, pese a estar inmersa en ese cambio desde hace más de 30 años, está según los jueces asturianos en su obesidad y no en el mal funcionamiento de la sanidad pública.

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